A sus 27 años Sara Queirós tiene claro que quiere dedicarse al sector del transporte. Las ganas de hacer cosas nuevas y el azar (o destino) le llevaron a aceptar una oferta de trabajo en envialia hace 3 años y desde entonces, sabe que lo suyo es este mundillo. En el Centro de Servicio de Lousada en Portugal hace las veces de comercial, atención al cliente y de lo que surja (¡hasta de hacer ella misma las entregas!).

- ¿Cómo pasaste de Miguel Ángel, Rodin y Donatello al arte del transporte?

- ¡Fue por pura casualidad! Hasta ese momento no me había planteado el dedicarme a este sector. De pequeña y ya en el instituto quería ser arquitecta, me encantaba la estética y el diseño de los edificios. Pero llegó ese momento de decidir qué quería hacer en mi vida y qué estudiar, y me decanté por Historia del Arte. También esa carrera tenía mucho de belleza… ¡Y eso me atraía!

-Y de la belleza del David a otra más reciente y transgresora… ¡La nuestra! ¿Qué pasó?

-Amaba el arte y sigue siendo una de mis pasiones. Disfruto como una niña visitando museos y descubriendo nuevos espacios, artistas…Pero de repente surgió la oportunidad de trabajar en un centro en envialia en Lousada, en mi misma ciudad, y me arriesgué. Tenía ganas de hacer otras cosas y de probar, a ver qué tal se me daba en este mundillo.

- ¡Y sobre ruedas! Y nunca mejor dicho…

- (Se ríe) ¡Me encantó! Es un trabajo en el que siempre te tienes que mantener muy activo. Tienes que ser muy resolutivo, saber gestionar los problemas que van surgiendo en el día a día y, en definitiva, llevar muchas cosas en marcha. También tienes que contactar con mucha gente, ser amable en todo momento, ágil y muchas cosas más.

- ¡Te retamos! En una sola palabra… ¿Cómo describirías envialia?

- ¡Optimista! Eso es lo que más me gusta de esta compañía, sus mensajes positivos y esa manera distinta de ver las cosas, con ese toque optimista que la hace diferente del resto. Y su gente. Y lo bien de organizados que están. ¡Es muy fácil trabajar con el equipo!